A pesar de los debates recurrentes sobre la legitimidad de su fundamento, la falta náutica sigue siendo reconocida por los tribunales franceses como una causa eximente de la responsabilidad del porteador marítimo, siempre que se cumplan condiciones particularmente restrictivas.
La falta náutica se define como un error cometido en la navegación o la administración del buque, siempre que no derive de una falta de diligencia del porteador marítimo en la obligación de mantener su buque en condiciones de navegabilidad.
Por el contrario, el porteador marítimo sigue siendo plenamente responsable de las faltas comerciales, entendidas como los incumplimientos en los cuidados requeridos para la preservación de la mercancía transportada.
La jurisprudencia ha establecido un criterio determinante para distinguir la falta náutica de la falta comercial: el de la seguridad del buque. Los tribunales examinan así si la falta en cuestión ha afectado el equilibrio o la seguridad del buque. Solo las faltas directamente relacionadas con la navegación o la seguridad del buque deberían ser calificadas como faltas náuticas.
Una tendencia jurisprudencial tiende a limitar la exención basada en la falta náutica, especialmente cuando se demuestra que el daño resulta de un incumplimiento del porteador marítimo.
La falta náutica puede coexistir con una falta comercial. Para que el porteador marítimo sea eximido de su responsabilidad, la falta náutica debe estar claramente establecida y aparecer como la causa exclusiva del daño, en un estado de aislamiento tal que ninguna otra falta pueda ser considerada como contributiva.
En conclusión, la calificación de la falta náutica depende de un análisis caso por caso, variando las decisiones judiciales según las circunstancias propias de cada asunto.
Ansam Okbani, Lawyer-Independent Consultant, Madrid (Spain). LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/okbaniansam/
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